Según el DSM-IV los trastornos de espectro
autista es un grupo heterogéneo de trastornos caracterizados por alteraciones
cualitativas y características de la interacción social y las formas de
comunicación, así como por un repertorio repetitivo, estereotipado y
restrictivo de intereses y actividades, que son una característica generalizada
del comportamiento del individuo en todas las situaciones.
Es habitual que las personas con TGD
(trastornos generalizados del desarrollo) padezcan algún grado de alteración de
la función cognoscitiva.
El autismo es sólo un conjunto de síntomas,
no una enfermedad; puede asociarse a niveles intelectuales muy variados.
Hay muchos retrasos y alteraciones del
desarrollo que se acompañan de síntomas autistas, sin ser propiamente cuadros
de autismo.
1.
LA TRÍADA DE DÉFICITS CENTRALES (Lorna
Wing)
·
Comunicación verbal y no
verbal
1)
Funciones comunicativas
2)
Comunicación no verbal
3)
Desarrollo del lenguaje
4)
Atención conjunta
·
Interacción social
recíproca
1)
Evitación del contacto corporal
2)
Dificultad para formar vínculos afectivos
3)
Relación infrecuente con los iguales
4)
Conductas de imitación ausentes
5)
Ausencia de teoría de la mente
·
Flexibilidad e
imaginación
1)
Ausencia de juego simbólico
2) Falta de "sentido de la
actividad"
3)
Uso repetitivo y pobre de los objetos
4)
Adherencia a rutinas
5)
Insistencia no cambiar las cosas
6)
Estereotipias y manierismos
Polo Negativo
|
Rasgos Autistas
|
Polo Positivo
|
Ausencia
Completa De Imitación Significativa
|
Déficit
En Las Competencias De Imaginación Y Comprensión Social
|
Cierta
Habilidad Para Reconocer Sentimientos De Otros
|
Predominio
De Conductas Estereotipadas
|
Formas
Repetitivas De Actividad
|
Preocupación
Obsesiva Por Ciertos Contenidos Intelectuales
|
Ausencia
De Motivación Cognitiva
|
Déficit
En La Comunicación Social
|
Empleo
De Un Lenguaje Elaborado Pero Sin Implicación
|
Aislamiento
E Indiferencia Hacia Otras Personas
|
Déficit
En El Reconocimiento Social
|
Pobre
Comprensión De Reglas Sutiles De La Interacción Social Y Escasa Sensibilidad
De Relación Con Los Iguales
|
2. OTROS
SÍNTOMAS FRECUENTES:
- Discapacidad cognitiva
- Alteraciones perceptivas
- Dificultad para captar relaciones de
contingencia
- Habilidades especiales
- Alteraciones en la alimentación y el sueño
·
El funcionamiento de la
mente de los alumnos con TEA:
- Carencia de teoría de la mente: pensar
sobre los pensamientos del otro e imaginar el estado de ánimo de los demás
- Déficit de la función ejecutiva
- Déficit en función de coherencia central
- Estilo del pensamiento visual
- Alteraciones sensoriales
1.
CLASIFICACIÓN
·
Trastorno autista
- El
déficit en la conducta social se manifiesta por la evitación directa del
contacto con los demás o, en los casos menos graves, por mantener una actitud
pasiva frente a ese contacto.
- Alteraciones
tanto en el desarrollo del habla como del lenguaje, que incluso pueden no
llegar a desarrollarse.
-
Respuestas anómalas al ambiente físico, con baja responsividad a determinados
estímulos.
-
Predilección por actividades repetitivas y estereotipadas.
-
Necesidad compulsiva de estabilidad del entorno físico.
-
Conductas compulsivas de autoestimulación.
-
Conductas autolesivas.
-
Deterioro intelectual especialmente acusado en el pensamiento simbólico, aunque
con buena memoria mecánica.
-
Evolución muy lenta y alterada en el aprendizaje.
·
Trastorno de Rett
- Ausencia de actividad funcional
con las manos.
- Aislamiento.
- Retraso importante en el desarrollo de la
capacidad de andar.
- Pérdida de capacidades de relación.
- Ausencia de competencias simbólicas y de
lenguaje
- Microcefalia progresiva.
- Alteración de patrones respiratorios, con
hiperventilación e hipoventilación frecuentes.
- Ausencia de relación con objetos
- Tronóstico pobre a largo
plazo.
·
Trastorno desintegrativo infantil
Consiste en un deterioro severo y rápido del
funcionamiento intelectual, social y lingüístico en niños con un desarrollo
previo normal, que suele producirse entre los 3 y los 4 años de vida.
Puede iniciarse con síntomas conductuales,
como ansiedad, ira o rabietas, pero por lo general la pérdida de funciones se
hace extremadamente generalizada y grave, llevando a un síndrome
sintomáticamente muy parecido al autismo de Kanner, pero con un deterioro
intelectual más acusado.
Luego, poco a poco, el deterioro se
estabiliza, pudiendo a veces recuperarse de forma muy limitada algunas
funciones, como la capacidad para formar frases.
La capacidad comunicativa y de interacción,
sin embargo, al igual que la capacidad para cuidar de sí mismo, tienden a
seguir muy deterioradas.
ENLACES DE INTERÉS
Una página muy
interesante por su contenido puede ser: http://espectroautista.info/ De ella hemos vito
relevantes diferentes aspectos, por ello, os lo ofrecemos a continuación.
“En el presente
artículo se realiza una descripción del Síndrome Asperger (SA), trastorno que
se enmarca dentro del espectro autista. Con el fin de que el lector o lectora
comprenda mejor las características de dicho trastorno, se describen las
dificultades básicas que manifiestan dichas personas referidas, principalmente,
a la interacción social, comunicación e imaginación, aportándose algunos casos
puntuales que dan una visión más concreta del tema. Considerando las
principales teorías explicativas del síndrome: “teoría de la mente”, “la
coherencia central” y “las funciones ejecutivas”, se detallan varias
implicaciones educativas y estrategias de intervención que, en contraste con
nuestra propia experiencia, resultan útiles en las aulas para responder a las
necesidades de estos estudiantes en entornos ordinarios. Abordar las
concepciones del SA desde la dimensión afectiva, de relación y cognición,
posibilita una mejor comprensión e intervención educativa hacia estas personas,
mejorando el desarrollo de sus habilidades sociales, de comunicación, de lenguaje,
de autorregulación y de autodeterminación, y que en síntesis, equivale a
potenciar su calidad de vida en el contexto educativo de los centros y aulas
inclusivas”.
Para
conocer más sobre las necesidades que presentan los niños autistas podemos leer
el texto que os facilitamos a continuación, el cual nos permite poner en el lugar del niño:
¿Qué nos
pediría un autista?
Ángel Rivière
1996
Ayúdame
a comprender. Organiza
mi mundo y facilítame que anticipe lo que va a suceder. Dame orden, estructura,
y no caos.
No
te angusties conmigo, porque me angustio. Respeta mi ritmo. Siempre
podrás relacionarte conmigo si comprendes mis necesidades y mi modo especial de
entender la realidad. No te deprimas, lo normal es que avance y me desarrolle
cada vez más.
No
me hables demasiado, ni demasiado deprisa. Las palabras son “aire”
que no pesa para tí, pero pueden ser una carga muy pesada para mí. Muchas veces
no son la mejor manera de relacionarte conmigo.
Como
otros niños, como otros adultos, necesito compartir el placer y me gusta hacer
las cosas bien, aunque no siempre lo consiga. Hazme saber, de algún
modo, cuando he hecho las cosas bien y ayúdame a hacerlas sin fallos. Cuando
tengo demasiados fallos me sucede lo que a tí: me irrito y termino por negarme
a hacer las cosas.
Necesito
más orden del que tú necesitas, más predictibilidad en el medio que la que tú
requieres. Tenemos
que negociar mis rituales para convivir.
Me
resulta difícil comprender el sentido de muchas de las cosas que me piden que
haga. Ayúdame
a entenderlo. Trata de pedirme cosas que puedan tener un sentido concreto y
descifrable para mí. No permitas que me aburra o permanezca inactivo.
No
me invadas excesivamente. A veces, las personas sois demasiado
imprevisibles, demasiado ruidosas, demasiado estimulantes. Respeta las
distancias que necesito, pero sin dejarme solo.
Lo
que hago no es contra ti. Cuando tengo una rabieta o me golpeo, si
destruyo algo o me muevo en exceso, cuando me es difícil atender o hacer lo que
me pides, no estoy tratando de hacerte daño. ¿Ya que tengo un problema de
intenciones, no me atribuyas malas intenciones!
Mi
desarrollo no es absurdo, aunque no sea fácil de entender. Tiene
su propia lógica y muchas de las conductas que llamáis “alteradas” son formas
de enfrentar el mundo desde mi especial forma de ser y percibir. Haz un esfuerzo
por comprenderme.
Las
otras personas sois demasiado complicadas. Mi mundo no es complejo
y cerrado, sino simple. Aunque te parezca extraño lo que te digo, mi mundo es
tan abierto, tan sin tapujos ni mentiras, tan ingenuamente expuesto a los
demás, que resulta difícil penetrar en él. No vivo en una “fortaleza vacía”,
sino en una llanura tan abierta que puede parecer inaccesible. Tengo mucha
menos complicación que las personas que os consideráis normales.
No
me pidas siempre las mismas cosas ni me exijas las mismas rutinas. No
tienes que hacerte tú autista para ayudarme. El autista soy yo, no tú!
No
sólo soy autista. También
soy un niño, un adolescente, o un adulto. Comparto muchas cosas de los niños,
adolescentes o adultos a los que llamáis “normales”. Me gusta jugar y
divertirme, quiero a mis padres y a las personas cercanas, me siento satisfecho
cuando hago las cosas bien. Es más lo que compartimos que lo que nos separa.
Merece
la pena vivir conmigo. Puedo
darte tantas satisfacciones como otras personas, aunque no sean las mismas.
Puede llegar un momento en tu vida en que yo, que soy autista, sea tu mayor y
mejor compañía.
No
me agredas químicamente. Si te han dicho que tengo que tomar una
medicación, procura que sea revisada periódicamente por el especialista.
Ni
mis padres ni yo tenemos la culpa de lo que me pasa. Tampoco
la tienen los profesionales que me ayudan. No sirve de nada que os culpéis unos
a otros. A veces, mis reacciones y conductas pueden ser difíciles de comprender
o afrontar, pero no es por culpa de nadie. La idea de “culpa” no produce más
que sufrimiento en relación con mi problema.
No
me pidas constantemente cosas por encima de lo que soy capaz de hacer. Pero pídeme lo
que puedo hacer. Dame ayuda para ser más autónomo, para comprender mejor, pero
no me des ayuda de más.
No
tienes que cambiar completamente tu vida por el hecho de vivir con una persona
autista. A
mí no me sirve de nada que tú estés mal, que te encierres y te deprimas.
Necesito estabilidad y bienestar emocional a mi alrededor para estar mejor.
Piensa que tu pareja tampoco tiene culpa de lo que me pasa.
Ayúdame
con naturalidad, sin convertirlo en una obsesión. Para
poder ayudarme, tienes que tener tus momentos en que reposas o te dedicas a tus
propias actividades. Acércate a mí, no te vayas, pero no te sientas como
sometido a un peso insoportable. En mi vida, he tenido momentos malos, pero
puedo estar cada vez mejor.
Acéptame
como soy. No
condiciones tu aceptación a que deje de ser autista. Sé optimista sin hacerte
“novelas”. Mi situación normalmente mejora, aunque por ahora no tenga curación.
Aunque
me sea difícil comunicarme o no comprenda las sutilezas sociales, tengo incluso
algunas ventajas en comparación con los que os decís “normales”. Me
cuesta comunicarme, pero no suelo engañar. No comprendo las sutilezas sociales,
pero tampoco participo de las dobles intenciones o los sentimientos peligrosos
tan frecuentes en la vida social. Mi vida puede ser satisfactoria si es simple,
ordenada y tranquila. Si no se me pide constantemente y sólo áquello que más me
cuesta. Ser autista es un modo de ser, aunque no sea el normal. Mi vida como
autista puede ser tan feliz y satisfactoria como la tuya “normal”. En esas
vidas, podemos llegar a encontrarnos y compartir muchas experiencias.
Recomendamos, a los educadores interesados en los
trastornos del espectro autista, la consulta de los siguientes recursos en el
orden en que se presentan a continuación:
Biografía de Hans
Asperger.
Síndrome de Asperger:
algunas preguntas comunes.
Versión interactiva
de la Escala Autónoma para la Detección del Síndrome de Asperger y el Autismo de
Alto Nivel de Funcionamiento.
El síndrome de
Asperger. Estrategias prácticas para el aula. Guía para el profesorado.
Materiales de apoyo
al profesorado de la Junta de Andalucía.
Intervención
educativa con un alumno con síndrome de Asperger.
Tecnologías de ayuda
en personas con trastornos del espectro autista: guía para docentes.
Recomendamos, a las madres y padres de afectados por un
trastorno del espectro autista, la consulta de los siguientes recursos en el
orden en que se presentan a continuación:
Síndrome de Asperger:
algunas preguntas comunes.
Un acercamiento al
síndrome de Asperger: una guía teórica y práctica.
Tests para la
valoración en niños de los trastornos del espectro autista.
Un niño con autismo
en la familia. Guía básica para familias que han recibido un diagnóstico de
autismo para su hijo o hija.
Educando a niños con
síndrome de Asperger (200 consejos y estrategias).
Soy especial.
Informando a los niños y jóvenes sobre su trastorno del espectro autista.